Una cocina que podría ser una cocina blanca más, adquiere personalidad gracias al azul de las paredes y a la mampara decorativa negra.
Al diseñar el proyecto, el objetivo que nos marcamos era conseguir optimizar el espacio de la zona de trabajo y mejorar su funcionalidad. Para ello, se hizo un cambio de distribución. Antes era una cocina con las zonas de lavado y cocción en línea y en la pared de enfrente, donde también se encuentra la puerta, se hallaba un mueble alto y el frigorífico independiente. Con la nueva distribución en L, se ubicó el frigorífico junto a una columna con el horno y microondas. Para ajustarlo todo a medida, se agrandó un pilar que dividía la pared y se colocó un mueble alto esquinero.
Puedes conocer más detalles de la obra en el post que le dedicamos en nuestro blog.